Tradición
NUESTRA HISTORIA
El matrimonio formado por Lucas Guzmán y Antonia Aguilar se inicia en un modesto local en calle Asfalto, en el entorno de calle Gerona en Málaga capital. Este pequeño negocio, abierto en 1982, supone para ambos toda una apuesta y un auténtico reto. La perseverancia de Antonia y el buen oficio de Lucas encuentran pronto respuesta en la Hostelería de Málaga que los sitúa como referente cuando hay que adquirir jamones de calidad. En 1993, la enseña se traslada a calle De la Orotava, en el Polígono Industrial San Luis. Apoyándose en unas mejores instalaciones, aumentan y consolidan una cartera de clientes fieles, que les acompañará en toda su trayectoria posterior.
Lucas Guzmán sigue creciendo gracias a un gran equipo de profesionales y a su excelente asesoramiento en materia de jamones e ibéricos. Así, en julio de 2017, se mudan definitivamente a las actuales instalaciones, un recinto industrial más amplio, moderno y acorde a los nuevos desafíos de un mayorista en constante crecimiento.
Actualmente, las nuevas instalaciones se encuentran en calle Marea Baja, 46-48. Esta nueva ubicación ofrece salas de mantenimiento especial para jamones, zona de congelados, muelles específicos, así como una mayor superficie logística y de administración. En definitiva, todo un conjunto de atributos que les garantiza cualquier expansión en el futuro.
Tradición
Cuatro décadas seleccionando los mejores jamones y embutidos ibéricos han terminado por convertirse en el mejor aval para Lucas Guzmán. Su pasión por las elaboraciones artesanales y la búsqueda incesante del mejor producto, han caracterizado la trayectoria empresarial de este mayorista. Lucas Guzmán posee un conjunto de profesionales que sabe ofrecer a sus clientes el sabor auténtico y, sobre todo, una garantía de calidad. Otra de sus bazas, es la inmejorable relación calidad-precio; entre las mejores del mercado.
Los productos de Lucas Guzmán nos trasladan a las amplias dehesas castellanas donde los ejemplares ibéricos campan a sus anchas entre alcornocales y encinas. En plena libertad, se alimentan de productos naturales entre los que destaca la bellota cuando llega la montanera.